Disco Homenaje
★ Elizabeth Morris ★ José Seves ★ Marcelo Coulon ★ Jorge Coulon ★ Pedro Foncea ★ Horacio Durán ★ Aldo Asenjo ★ Pedro Villagra ★ Roberto Maquez ★ Raúl Cespedes ★
El proyecto “Disco Homenaje a Max Berrú” nace tras la muerte del destacado artista ecuatoriano Max Berrú, quien fuera uno de los fundadores del grupo Inti Illimani, exponente imprescindible del movimiento musical de la “Nueva Canción Chilena”. Su
trayectoria artística recorre más de 30 años dedicados a la realización musical: habiendo efectuado más de 3.000 conciertos en todos los continentes, llegando a los teatros más importantes del mundo y a los públicos más diversos. Sin duda alguna, el
aporte de Max a la historia de la música chilena y del mundo es incalculable, un verdadero embajador de melodías y estilos en todo el orbe.
Desde 1997, cuando dejó el grupo Inti Illimani se dedicó a la carrera de solista, alcanzando a grabar dos discos bajo el sello Alerce: Intimo 1 (2004) y Cantando como yo Canto -Intimo 2 (2010). Durante los últimos 10 años de actividad musical ha sido acompañado por su banda “Los Insobornables”, donde participan dos de sus hijos, Tocori y Cristóbal y otros tres músicos. Es en este contexto, en el primer semestre del 2018, que nace el proyecto “Disco Homenaje a Max Berrú”, impulsado por sus hijos, con el objetivo de desarrollar una propuesta musical que ponga en valor los aportes para la escena musical chilena que realizó en toda su carrera artística, Max Berrú.
Como parte de este proyecto y para concluir el disco que Max inició en el año 2107, alcanzando a grabar tres pistas, proponemos convocar para la creación y grabación a distintos músicos destacados de la escena nacional, muchos de ellos pertenecieron - al igual de Max- al movimiento de la” Nueva Canción Chilena” y con los cuales trabajó en estos 30 años de trayectoria: con ellos compartió escenarios, grabó discos y sobretodo, construyó imborrables lazos de amistad.
Específicamente, este disco contendrá los 3 temas que Max grabó antes de morir y 7 nuevos temas, cuyos arreglos musicales y su grabación estarán a cargo de artistas destacados como Jorge Coulon, Roberto Márquez, Raúl Céspedes, Pedro Villagra y “Los insobornables”.
Conocí a Max Berrú a fines de 1965. Aunque éramos ambos estudiantes de ingeniería en la Universidad Técnica del Estado en Santiago, nuestra amistad comenzó en Concepción donde coincidimos en la unas vacaciones de verano. Nuestros guitarreos de la época estaban fuertemente marcados por la música argentina y así, entre zambas, vidalas y chacareras, nació una colaboración, una complicidad y una hermandad que nos acompañaría por toda la vida.
Conocer a Max fue para mí asomarme a un universo de poesía, fantasía y cultura que, sin ser extraño, desordenaba completamente mis conceptos juveniles del mundo y me ponía frente a la embriagadora y mágica realidad que dos años más tarde nos describiría Gabriel García Marquez en sus Cien Años de Soledad.
Cariamanga (provincia de Loja) fue para mi, con anticipación, el Macondo que Max contaba en interminables y maravillosas conversaciones que anulaban la sensación del tiempo y de las leyes de la gravedad.
La vida me ha hecho encontrar y conocer a mucha gente interesante, gente creativa, grandes contadores de historias, eruditos, locos, sabios... Nadie, como Max fue capaz de fundir en una personalidad coherente, y a su modo equilibrada, todas esas cualidades. Existe frente a lo mágico y lo cotidiano un necesario mecanismo de distanciamiento, en Max todo se mezclaba con una naturalidad que te desarmaba; lo práctico, lo sentimental, lo ideal, lo creativo, lo afectivo, lo político, lo familiar.
Su voz, la más bella que tuvimos en Inti Illimani, era también expresión de esa naturalización de lo extraordinario, nunca forzada, nunca violentada, cantaba con la misma seductora convicción con la que contaba sus historias y el efecto era el mismo, transportaba a un espacio en el que las leyes de lo cotidiano perdían vigencia.
En 1967, ya en Inti Illimani, Max fue nuestra puerta de entrada a la rica cultura musical de los andes ecuatorianos. Con él recorrimos innumerables veces la extraordinaria geografía cultural, musical y humana entre Loja e Ibarra, conocimos el rondador, pasillos criollos, albazos, sanjuanitos, bombas, pasacalles, yaravíes...
El Ecuador andino se hizo parte de la identidad de Inti-Illimani y en modesta medida, nuestro grupo incorporó fuertemente al Ecuador en el mapa de la música latinoamericana.
Se cumple un año de la partida de Max, para mi no es posible esa partida, Max hace parte para siempre de mi y de Inti-Illimani.
Jorge Coulon